Los Mensajeros de Dios

Los Mensajeros de Dios

El Mensajero es quien recibe una revelación entre los hombres con una ley y es ordenado a transmitirla.

Alá (Majestuoso y Poderoso) mandó un mensajero a cada nación, llamando adorar únicamente a Él, y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Alá. Cada uno de ellos era veraz, guiado y recto, obedecieron a Alá en lo que les fue encomendado y ninguno de ellos cambió o alteró su mensaje. El primer mensajero fue Noé y el último de ellos es Muhammad dice Alá: "Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino el Mensajero de Alá y el sello de los Profetas; y Alá es Omnisciente." Corán 33:40

Y los mensajeros son lo mejor de la creación y de los siervos, dice Alá el Altísimo después de recordar algunos de ellos en el Corán: "A todos ellos les distinguimos entre los hombres." Corán 6:86.

El envío de los mensajeros es una bendición de Alá para los hombres, ya que la necesidad del hombre hacia ellos es más importante que la necesidad a la comida o bebida, y más necesario que un doctor para un enfermo.

Todos ellos son hombres, creación de Alá, sin características divinas o señorío, y no pueden responder si se les pide ayuda.

Los mejores mensajeros son cinco conocidos como «Ûlû Al ´Azm» Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad y el mejor de estos cinco es Muhammad (la paz y la misericordia de Alá sean con todos ellos)

La fe en los mensajeros comprende:

1.- Creer en que sus mensajes son la verdad procedente de Alá, quien no crea en el mensaje de uno solo de ellos deviene incrédulo.

2.- Creer en aquellos mensajeros de quien sabemos sus nombres y de quien no sabemos sus nombres en general.

3.- Afirmar lo que es verdad acerca de lo que se nos informa de ellos.

4.- El obrar con las reglas y leyes con las que fueron mandados, y que el profeta Muhammad fue enviado a toda la humanidad, el Altísimo dice: "Pero no, [Juro] por tu Señor que no creerán a menos que te acepten como juez de sus disputas; y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente." Corán 4: 65.